El monumento americano se reconoce a
primera vista y casi siempre como tal, eso revela una orientación constante,
sea negativa o positiva, del complejo artístico
ante la realidad colonial. La llamaremos negativa en su calidad de tiempo
impuesto y en su típica voluntad imperial o en la tangible actitud de “arte
fortificado”, y positiva en la absorción del ornamento e, incluso de cierta
sensibilidad indígena, tratándose de una absorción que liga lo indígena más
bien que lo libera.
Si de tal manera, el arte hispánico
viene a ser sólo parcialmente la expresión de una óptica americana, también es sólo
parcialmente una forma de vivencia del continente.
Erwin Walter Palm
Los Monumentos Arquitectónicos de la
Española.
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